El tipo de interés variable es una modalidad de interés aplicada en préstamos y créditos que está sujeto a cambios según las condiciones del mercado financiero.
¿Qué significa exactamente que el interés sea variable? Imagina que tienes un préstamo o una hipoteca con un tipo de interés variable. A diferencia de un tipo de interés fijo, donde el porcentaje se mantiene constante a lo largo del tiempo, en un tipo de interés variable, dicho porcentaje puede fluctuar a medida que cambian las condiciones económicas.
Esto significa que el interés que pagas en tu préstamo puede aumentar o disminuir en función de diversos factores, como las tasas de interés de referencia establecidas por los bancos centrales, la inflación o las políticas monetarias. En otras palabras, el tipo de interés variable se ajusta periódicamente según las condiciones del mercado financiero.
Es importante tener en cuenta que, al optar por un tipo de interés variable, los pagos mensuales de tu préstamo pueden variar a lo largo del tiempo. Por ejemplo, si las tasas de interés aumentan, es probable que tus pagos mensuales también aumenten. Por el contrario, si las tasas de interés disminuyen, tus pagos mensuales podrían reducirse.
Además, los préstamos con tipo de interés variable suelen estar vinculados a un índice de referencia, como el Euríbor, que es un indicador utilizado en Europa.
Este índice se actualiza regularmente y se utiliza como base para calcular el interés aplicable a tu préstamo.
Es fundamental entender que el tipo de interés variable conlleva ciertos riesgos y beneficios. Por un lado, puedes aprovechar los períodos de bajos tipos de interés y pagar menos intereses. Sin embargo, también existe el riesgo de que los tipos de interés aumenten y, por ende, tus pagos mensuales se incrementen.
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