El principio de empresa en marcha establece que una entidad económica se considera una entidad en funcionamiento continuo, con una perspectiva a largo plazo. Esto implica que, a menos que existan pruebas contundentes en contrario, se espera que la entidad siga operando en el futuro previsible y pueda cumplir con sus obligaciones y compromisos financieros.
Para comprender mejor el principio de empresa en marcha, es necesario analizar sus implicaciones y alcance. En primer lugar, este principio presupone que la entidad continuará operando en el futuro y no tiene intenciones ni necesidades de liquidarse o cesar sus actividades en un corto plazo. De esta manera, se considera que los estados financieros deben reflejar la situación financiera y los resultados de las operaciones de la entidad, teniendo en cuenta esta perspectiva a largo plazo.
Es relevante destacar que el principio de empresa en marcha tiene un impacto significativo en la presentación y valuación de los estados financieros.
Los activos se registran a su valor en uso, es decir, al valor que se espera obtener de su uso continuo en el desarrollo de las actividades de la entidad. Por otro lado, los pasivos y las obligaciones se reconocen y se valoran considerando su plazo de vencimiento y la capacidad de la entidad para cumplir con ellos en el curso normal de sus operaciones.
Este principio también tiene implicaciones en la elaboración de los estados financieros proyectados y en la revelación de información en las notas a los estados financieros.
Los informes financieros deben incluir información relevante sobre eventos o condiciones que puedan poner en riesgo la continuidad de la entidad o que puedan tener un impacto significativo en su situación financiera futura. Esto proporciona a los usuarios de los estados financieros una visión más completa y precisa de la realidad financiera de la entidad.
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