Un pasivo corriente es una obligación financiera de una empresa que se espera que sea liquidada en el corto plazo, generalmente dentro de un año o del ciclo operativo de la empresa, lo que sea más largo.
Incluye deudas comerciales, préstamos bancarios, impuestos por pagar, salarios y sueldos pendientes, entre otros.
Es importante que las empresas mantengan un adecuado control y seguimiento de su pasivo corriente, ya que una mala gestión de estas obligaciones puede poner en riesgo la viabilidad financiera de la empresa. Además, el manejo inadecuado de los pagos puede generar problemas con los proveedores, clientes y empleados, así como con las autoridades fiscales.
El pasivo corriente es una de las principales categorías del pasivo en el balance general de una empresa.
En comparación con el pasivo no corriente o a largo plazo, que incluye obligaciones que se espera que se liquiden en más de un año, el pasivo corriente es más urgente y requiere una atención inmediata por parte de la empresa.
En términos contables, el pasivo corriente se registra en el balance general como una deuda a corto plazo de la empresa.
Es importante que las empresas realicen una correcta clasificación y presentación de su pasivo corriente en sus estados financieros, para brindar información clara y precisa a los usuarios de la información financiera, como inversionistas, proveedores y bancos.
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