El negocio en marcha es un término que se utiliza en contabilidad para describir la suposición de que una empresa seguirá funcionando en un futuro previsible.
Esta suposición es fundamental para la elaboración de los estados financieros, ya que permite a los inversores y otros usuarios de la información financiera evaluar la solidez financiera de la empresa.
En otras palabras, el negocio en marcha implica que la empresa continuará operando de manera normal y no se verá obligada a liquidar sus activos o a suspender sus operaciones en un futuro cercano. Esta suposición también significa que la empresa tiene la capacidad de generar beneficios y generar flujos de efectivo suficientes para cubrir sus obligaciones financieras a corto y largo plazo.
Es importante destacar que el negocio en marcha no es una garantía de éxito a largo plazo.
Las empresas pueden enfrentar desafíos financieros y operativos que pongan en peligro su continuidad, como una disminución en la demanda de sus productos o servicios, una mala gestión o una competencia feroz en el mercado.
Por lo tanto, los contadores y los auditores deben evaluar constantemente la suposición del negocio en marcha y considerar si hay alguna indicación de que la empresa pueda estar en peligro. Si hay alguna preocupación, es posible que deban ajustar los estados financieros y realizar divulgaciones adicionales para informar a los usuarios de la información financiera sobre cualquier riesgo potencial.
En resumen, la suposición del negocio en marcha es un componente clave de la elaboración de los estados financieros, pero es importante reconocer que no es una garantía absoluta de la solidez financiera de una empresa.
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