Las mercancías en consignación son un término común en el mundo de los negocios que se refiere a las mercancías que se envían a un agente o intermediario para su venta, pero que aún pertenecen al remitente.
En otras palabras, el propietario de las mercancías (el consignador) las envía a una persona o entidad (el consignatario) para su venta, pero mantiene el título de propiedad hasta que se vendan.
Este tipo de acuerdo es común en la industria de venta al por mayor, donde los fabricantes o mayoristas pueden enviar sus productos a un minorista para que los vendan en su tienda o sitio web.
A menudo, el consignatario recibirá una comisión por cada venta que realice y luego remitirá el pago al consignador, menos cualquier cargo por comisión acordado previamente.
Una ventaja de las mercancías en consignación es que el consignador mantiene el control del inventario y puede realizar un seguimiento de las ventas de manera más efectiva.
Además, el consignatario tiene un incentivo para vender las mercancías lo más rápido posible, ya que no obtiene ganancias hasta que se venden.
Sin embargo, también existen riesgos para ambas partes. El consignador asume el riesgo de que las mercancías no se vendan, lo que puede resultar en pérdidas financieras. Por otro lado, el consignatario corre el riesgo de que las mercancías se dañen o pierdan durante el transporte o mientras se encuentran en su posesión.
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