El leasing operativo es una forma de financiamiento que permite a una empresa alquilar un bien durante un período determinado sin necesidad de adquirirlo de forma definitiva.
En este tipo de contrato, la empresa arrendataria paga una cuota periódica al arrendador por el uso del bien, sin asumir los costos y riesgos asociados a su propiedad.
Este tipo de leasing es especialmente útil para empresas que necesitan utilizar un activo durante un período de tiempo limitado y que no quieren comprometer sus flujos de caja en la compra de un bien que no usarán a largo plazo.
Además, el leasing operativo puede ser una opción interesante para aquellas empresas que no tienen la capacidad financiera para adquirir un bien de forma inmediata, pero que necesitan utilizarlo en su día a día.
Otra ventaja del leasing operativo es que, al no ser propietaria del bien, la empresa no tiene que preocuparse por su mantenimiento y reparación, ya que esta responsabilidad recae sobre el arrendador. Esto puede significar un ahorro significativo de costos para la empresa arrendataria.
En cuanto a las desventajas, es importante tener en cuenta que al final del contrato de leasing, la empresa no será propietaria del bien, por lo que no podrá venderlo para obtener un ingreso adicional. Además, si se desea adquirir el bien al final del contrato, deberá pagarse un valor residual determinado en el contrato.
¿Te gustaría aprender más? Prueba con este artículo.