Ilíquido es un término que se utiliza en el ámbito financiero para referirse a aquellos activos que no pueden ser convertidos en efectivo de manera rápida y fácil.
Esto significa que los activos ilíquidos no pueden ser vendidos o negociados en el mercado sin incurrir en costos significativos, como una disminución en su valor o un largo tiempo de espera para encontrar compradores interesados.
En otras palabras, los activos ilíquidos son aquellos que no pueden ser fácilmente convertidos en efectivo sin causar pérdidas o retrasos significativos.
Ejemplos de activos ilíquidos pueden incluir bienes raíces, arte, colecciones y algunos tipos de inversiones privadas.
Es importante tener en cuenta que la liquidez es un factor clave en la gestión financiera, ya que los activos ilíquidos pueden representar un riesgo para la solvencia de una empresa o individuo. Por esta razón, es recomendable diversificar las inversiones y mantener un equilibrio adecuado entre activos líquidos e ilíquidos.
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