La estimación de buena fe es un término utilizado en finanzas para referirse a una estimación realizada con la mejor información disponible en un momento determinado.
A menudo se utiliza en situaciones en las que la información es incompleta o incierta, como en el caso de la valoración de activos intangibles o en la proyección de flujos de efectivo futuros.
Esta técnica se utiliza para proporcionar una guía útil en la toma de decisiones y la planificación financiera. Es importante destacar que las estimaciones de buena fe están sujetas a cambios y actualizaciones a medida que se dispone de nueva información.
Las estimaciones de buena fe se realizan utilizando una combinación de juicio y experiencia, junto con el análisis de datos disponibles. Los analistas financieros y contadores a menudo utilizan esta técnica para estimar el valor de un activo, como una empresa o una propiedad, o para proyectar los ingresos o gastos futuros de una empresa.
Las estimaciones de buena fe no constituyen garantías y pueden variar considerablemente al surgir nueva información, es fundamental tener en cuenta este aspecto.
Por lo tanto, es esencial que se realice una revisión continua y una actualización de estas estimaciones a medida que se dispone de nueva información para garantizar que las decisiones tomadas estén respaldadas por la información más precisa posible.
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