Un crédito rotativo es una forma de financiamiento que permite a los prestatarios acceder a una línea de crédito preaprobada que se puede utilizar una y otra vez.
Esto significa que el prestatario puede tomar prestado dinero en cualquier momento, hasta el límite establecido por el prestamista, sin necesidad de solicitar un nuevo préstamo cada vez.
En lugar de recibir una suma fija de dinero, como sucede con un préstamo tradicional, un crédito rotativo le da al prestatario la flexibilidad de utilizar los fondos según sea necesario y pagar solamente por el dinero que ha utilizado. Además, los pagos se realizan en función del saldo pendiente en lugar de una cantidad fija cada mes.
Una de las ventajas de un crédito rotativo es que puede ayudar a las empresas a administrar mejor su flujo de efectivo. Por ejemplo, pueden utilizar el crédito rotativo para cubrir gastos imprevistos o para financiar proyectos a largo plazo, como la adquisición de inventario o la expansión del negocio.
Los créditos rotativos tienen tasas de interés más altas que los préstamos tradicionales y pueden llevar a una acumulación de deudas si no se utilizan correctamente. Por lo tanto, es fundamental que los prestatarios evalúen cuidadosamente su capacidad de pago y utilicen el crédito rotativo de manera responsable.
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