Un acreedor preferente es aquel que tiene una posición privilegiada en el orden de pago en caso de una quiebra o liquidación de una empresa.
En otras palabras, es aquel individuo o entidad que, en caso de insolvencia, tiene prioridad para recibir el pago de sus deudas sobre otros acreedores.
Esto significa que, en situaciones adversas, el acreedor preferente tiene más posibilidades de recuperar su inversión en comparación con otros acreedores.
Existen diferentes tipos de acreedores preferentes, cada uno con sus propias características y prioridades de pago.
Entre los más comunes se encuentran los acreedores hipotecarios y los titulares de bonos garantizados. Los acreedores hipotecarios tienen un derecho preferente sobre los activos de la empresa que han sido utilizados como garantía para el préstamo. En caso de incumplimiento, estos acreedores tienen la capacidad de ejecutar la garantía y recuperar su inversión.
Por otro lado, los titulares de bonos garantizados también son considerados acreedores preferentes. Estos bonos están respaldados por activos específicos de la empresa y en caso de incumplimiento, los titulares de los bonos tienen prioridad en la recuperación de su inversión. Esta preferencia se debe a que los bonos garantizados están respaldados por activos tangibles que pueden ser vendidos para pagar las deudas.
Es importante destacar que los acreedores preferentes tienen un nivel de riesgo menor en comparación con los acreedores comunes. Esto se debe a que, en situaciones de insolvencia, los activos de la empresa se distribuyen primero entre los acreedores preferentes antes de llegar a los acreedores comunes. Esto implica que los acreedores preferentes tienen más posibilidades de recuperar al menos parte de su inversión.
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