Las acciones autorizadas son un término fundamental en el mundo de las finanzas y la inversión.
Cuando una empresa decide ofrecer sus acciones al público, debe establecer la cantidad máxima de acciones que puede emitir, lo cual se conoce como acciones autorizadas.
Estas acciones representan la porción de propiedad que una empresa está dispuesta a vender a los inversionistas.
Imagina que una empresa es como un pastel, y las acciones autorizadas son las rebanadas en las que se divide ese pastel. La empresa decide cuántas rebanadas está dispuesta a ofrecer al público en general. Cada rebanada representa una acción. Al establecer un límite en la cantidad de acciones autorizadas, la empresa tiene control sobre la propiedad y la distribución de sus acciones.
Las acciones autorizadas son una medida de prudencia por parte de la empresa, ya que le permite mantener el control sobre su capital social y evitar diluir su valor. Al establecer un límite máximo, la empresa puede asegurarse de que no se emitan más acciones de las necesarias, lo que podría diluir el valor de las acciones existentes y afectar negativamente a los accionistas actuales.
Además de las acciones autorizadas, es importante mencionar las acciones emitidas y las acciones en circulación. Las acciones emitidas son aquellas que la empresa ha ofrecido y vendido al público o a inversionistas privados. Por otro lado, las acciones en circulación son las que están en manos de los inversionistas y se negocian en el mercado de valores.
Es crucial comprender que las acciones autorizadas no representan necesariamente las acciones que están en circulación o las que se han emitido. La empresa puede decidir emitir nuevas acciones en el futuro dentro del límite establecido por las acciones autorizadas. Esto se puede hacer para financiar proyectos de expansión, adquisiciones u otras necesidades financieras de la empresa.
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